sábado, 17 de abril de 2010

NO ES NECESARIO SER UN EXPERTO PARA SER UN GRAN MASAJISTA

El masaje es un medio sencillo y eficaz de contribuir a que tu pareja se tranquilice y relaje después de un día agitado. Y no es necesario ser un experto para realizarlos. ¡Todos pueden hacerlo!

El masaje es una forma natural de aliviar las tensiones de la vida cotidiana y es mucho más beneficioso para el cuerpo que una bebida fuerte o que un tranquilizante. Y si el masaje corre a cargo de tu pareja, en una atmósfera cálida y confortable puede ser una experiencia exquisitamente sensual, que mejorará la relajación.


Preparación del ambiente


Un ambiente de comodidad contribuirá enormemente al éxito de cualquier sesión de masaje. Es importante dedicar un poco de tiempo a la preparación de la atmósfera adecuada.
La habitación debe hallarse a una temperatura cálida y no estar demasiado iluminada. La luz de unas velas o una iluminación indirecta resultan mucho más relajantes que una luz fuerte el techo. Unas mantas extendidas sobre el suelo o un edredón cubierto con algunas toallas grandes de baño constituyen una superficie firme pero cómoda para el masaje. Todo lo que se necesita son algunas almohadas y una botella de aceite para suavizar la piel y que sea fácil de trabajarla; el aceite de almendras resulta especialmente bueno para estos efectos.
Obviamente tanto tú como tu pareja deben de estar desnudos. Esto contribuye a que sea placentero tanto para el que da como para el que recibe el masaje.
Antes de empezar has que tu pareja tome un baño caliente. Mientras tanto tú dedícate a hacer flexiones y, en general, a desentumecer tu cuerpo.


Técnicas generales
Cuando practiques el masaje todos tus movimientos deberán de ser firmes y seguros, pero conserva la flexibilidad entes manos y cuida de que permanezcan en contacto con la piel. Deben deslizarse fácilmente sobre el cuerpo, pero ejerciendo presión suficiente par advertir la contextura de la piel y los músculos. Dale a tus manos la forma conveniente, para que se acomoden a los contornos, sobre los que realiza el masaje.

Masaje del cuerpo
En primer lugar, asegúrate de que tus manos tengan la tengan una temperatura cálida, después derrama sobre ellas un poco de aceite. Comienza el masaje, arrodíllate ante la cabeza de tu pareja y presiona con las palmas de las manos sobre las caderas; así contribuyes a reducir la tensión en la parte inferior de la espalda. Después desplaza tus manos con firmeza, pero no pesadamente hasta el centro del estómago y el pecho y en torno a los hombros. Repite 5 ó 6 veces este frotamiento hacia arriba, abarcando toda la zona del abdomen y del pecho.
Utilizando las palmas de las manos y ocasionalmente las puntas de los dedos, pasa tus manos sobre el tronco de tu pareja desde los costados hasta el centro. Cuando hayas trabajado la parte frontal, con frotes de los costados hacia el centro, muévete a su izquierda para trabajar las la parte derecha del cuerpo. Luego, cámbiate al otro costado.
Una de las formas de tonificar todo el cuerpo consiste en practicar un masaje en los pies. Las plantas son zonas nerviosas reflejas y reaccionan rápidamente ante el masaje. Masajea sucesivamente cada pie, colocándolos en tu pecho para que tengas un punto de apoyo. Luego, prosigue con las piernas.
Masajea cada pierna, empezando por el tobillo y ascendiendo hasta la parte superior del muslo. Frota como lo hiciste en el tronco, y masajea especialmente las zonas de tensión como los costados de las rodillas, bajo los dedos de los pies y en la parte posterior de los tobillos.
Después, has que tu pareja se de la vuelta boca arriba. Practica un masaje en el cuello, los hombros, la espalda, las nalgas y la parte posterior de los brazos y piernas, utilizando los mismos frotes ascendentes y de los costados al centro. También, masajea los hombros y la parte posterior del cuello porque estas son zonas fundamentales de tensión, y es posible que necesiten mayores atenciones.

Masaje en la cabeza
Sostén con una mano la cabeza de tu pareja y emplea la otra para aplicar un masaje a cada lado, desde el cuello hasta la parte superior, y a lo largo de la línea en que se inicia el cuello cabelludo. Has lo mismo en el otro lado.

Tiempo para el reposo
Concluye el masaje frotando todo el cuerpo de tu pareja con las puntas de los dedos, y terminando con las manos en los hombros
No esperes a que tu pareja vaya a practicarte un masaje inmediatamente después porque sentirá su cuerpo demasiado relajado para realizar un esfuerzo físico. Deja que repose un rato o, mejor aún, recuéstate a su lado a la espera de que llegue tu turno.

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